miércoles, 13 de abril de 2011

Las alas y la conexión a la Tierra

013 Las alas y la conexión a la tierraSiempre he dicho que yo nací con alas. Me cuesta la vida mantenerme a ras de suelo, soy incapaz de atarme a un lugar que no considero mío, de ahí el afán por viajar para sentirme en casa

Pero lo que más me cuesta es “ser en lo cotidiano”. Divago, sueño, compongo, vuelo, ideo… todo eso me hace ser creativo

Olivia tiene la interesante teoría de que “me falla la conexión con la tierra” y que la naturaleza tiende siempre al equilibrio y por ese motivo siempre estoy accidentado de pies, tobillos y rodillas. Afirma que eso es lo que me hace recordar que tengo que bajar de las nubes, que vivir en tierra.

A pesar de estar de acuerdo con ella no puedo evitar recordar el cuento de Jorge Bucay:

Y  cuando se hizo grande, su padre le dijo:

- Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, me parece que sería penoso que te limitaras a caminar, teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.

- Pero yo no sé volar - contestó el hijo.

- Es verdad... - dijo el padre y caminando lo llevó hasta el borde del abismo en la montaña.

- Ves, hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y extendiendo las alas, volarás.

El hijo dudó:
- ¿Y si me caigo?

- Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán más fuerte para el siguiente intento - contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente le dijeron:

- ¿Estás loco? ¿Para qué?  Tu viejo está medio zafado... ¿Qué vas a buscar volando? ¿Por qué no te dejas de pavadas? ¿Quién necesita volar?

Los más amigos le aconsejaron:

- ¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? Prueba tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?

El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y, con coraje, saltó... Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero igual se precipitó a tierra...

Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:

- ¡Me mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno.

- Hijo mío - dijo el padre - Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como para tirarse en un paracaídas, necesitas cierta altura antes de saltar.

Para volar hay que empezar corriendo riesgos.

Si no quieres, quizás lo mejor sea resignarse y seguir caminando para siempre.

y es que las alas son para volar

jueves, 7 de abril de 2011

Gn 32, 25-31

Nuevas miras, proyectos ilusionantes… No hace mucho que andan rondándome todas esas ideas por mi desordenada cabeza. Y es que, vaya paradoja, siento que me canso de lo que me enamora por culpa de la monotonía.

Lucho por aferrarme a un espacio que me queda pequeño, por ser “normal” en este mundo de diferencias, por mantenerme atado a puerto, por tener plegadas las alas. Y mientras me aseguran que hace falta mucha fuerza de voluntad para querer ser como no se es, yo pienso en estacas y cadenas, y prisiones y renuncias.

July afirma que Dios me tiene contra las cuerdas. Yo, sin embargo, estoy convencido que me he dejado ganar y ahora espero el toque de campana para el siguiente asalto.

¿Por qué todo siempre tiene que ser una lucha?

«Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta despuntar la aurora. Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél. Este le dijo: "Suéltame, que ha rayado el alba." Jacob respondió: "No te suelto hasta que no me hayas bendecido." Dijo el otro: "¿Cuál es tu nombre?" - "Jacob." - "En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y has vencido." Jacob le preguntó: "Dime por favor tu nombre." - "¿Para qué preguntas por mi nombre?" Y le bendijo allí mismo. Jacob llamó a aquel lugar Penuel, diciendo: “He visto a Dios, cara a cara, y he salido vivo”»

Gn 32, 25-31

martes, 5 de abril de 2011

Ellos

P. B. rondará los cuarenta y muchos o cincuenta y pocos años, aunque si le preguntas “¿cuántos años tienes?” te dirá “¡dos!” levantando entre uno y tres dedos, según el día. Es natural de Pinos Puente y acérrimo seguidor de “su paisano” Miguel Ríos, demostrándolo al pasear la sudadera gris con su foto en la pechera día sí y día no. Le encanta decir barbaridades a voz en grito por los pasillos del centro y su frase más célebre es “¡Guapo, mi Curro (o cualquiera que se cruce…), me casaba con él, lo quiero como a un hijo, como a un hermano!”

El viernes pasado le organizamos una fiesta de despedida porque se marchaba del centro a otro más cerca de su familia. Hoy habrá sido su segundo día en un taller nuevo, con nueva gente a la que decirle “¡Guapo!” y a la que quejarse de un dedo o mostrarle su autosuficiencia con su famoso “¡He «meao» yo solo!”


Melanie Griffit, la negrita hija de Bob Marley (así se llama ella a sí misma) está empeñada en adelantar a sus padres en edad. Por más que le explico que eso no se puede hacer ella no pierde la fe. Hace un año y pico no paraba de repetir “El día …. de abril del año dos mil diez cumplo veinticuatro años, estoy ansiosa por que llegue el día”. Ese día se levantó de la silla y dijo: “¡Bien! ¡tengo veinticuatro años y en el dos mil once veinticinco!”

Ya se acerca su cumpleaños y lleva varios días haciendo listas con los asistentes, porque le han dicho que lo va a celebrar en el centro. Invita y desinvita a sus compañeros según se porten con ella.

El día de su cumpleaños empezará a pensar en el año próximo, mientras tanto repite “estoy de los nervios a flor de piel” y “pero yo con mi edad sigo siendo joven, ¿no?”

 

 

Empiezo a no comprender el mundo “normal” gracias a ellos, me estoy habituando a otras realidades diferentes, no soy capaz de acertar con las edades y me parecen aburridas las conversaciones “cuerdas” o “intelectuales”…

Será que vivo

viernes, 1 de abril de 2011

Primero de Abril

“Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla
recuerdos y anhelos, despierta
inertes raíces con lluvias primaverales.”

                                                   T.S. Eliot

Abril resucita las palabras,

el arte, el color de las casas.

Entra a destajo por las ventanas,

se adueña de astenias y euforias

y preña de flores los jardines.

Abril se llueve y se deseca,

haciendo renacer poemas,

alfombrando las grises ciudades,

promoviendo las metáforas

y las ganas de escribir en blogs.

 

Para sacar provecho de los cultivos se inventó el barbecho. La tierra no se siembra durante un ciclo y así le da tiempo a recuperarse y tener cosas que ofrecer. Pero para nada el barbecho es el abandono de la tierra, muy al contrario, ésta es trabajada con ímpetu y esmero, poniendo la fe y el sacrificio en la futura cosecha.

Quizá va siendo hora de seguir sembrando poco a poco esta tierra, quizá regar de vez en cuando, estar pendiente de los nuevos brotes…

¿Recomenzamos?

sábado, 19 de marzo de 2011

Este domingo CONCIERTO!!

Sí, ya sé, tengo este sitio dejado de la mano de Dios pero es que últimamente me cuesta sentarme a escribir (bueno, en realidad sólo tener un minuto para sentarme ya me cuesta, ¡¡me faltan horas en el día!!)

Pasaba por aquí y pensé: “Pues podría hacerme publi…”

ESTE DOMINGO DIA 20 DE MARZO, CONCIERTO EN LA BOTICA JUNTO AL MAESTRO DIEGO LOSADA

011 Este domingo CONCIERTO

lunes, 14 de febrero de 2011

Dos osos en una trona

No hago más que ver caras donde aparentemente no las hay. Creo que me lo ha pegado Gonzalo. De hecho tiene una colección de inertes aunque expresivos rostros en la sección “Inanimados” en su blog (encumbresborrascosas)

Iba a enviarle esta fotografía para que la publicara, pero me ha parecido gracioso hacerle este pequeño homenaje a su sección y así vosotros la conocéis también.

Iba paseando por una calle de Alicante y me encontré con esta sonriente cara.

010 Dos osos en una trona

Cuando me acerqué a verla caí en la cuenta: ¡Son dos osos de peluche en una trona de bebé! Evidentemente saqué el móvil (qué gran invento el teléfono con cámara) y fotografié el instante.

010 Dos osos en una trona

(¡vamos!, ¡di que no he subido el listón!)

jueves, 10 de febrero de 2011

El Día Después

009 El dia despues

¡Aviso!: A quien esté en Málaga o le pille de paso, mañana a las 7 de la tarde en el centro de Diputación de Calle Pacífico 54 (cerca del centro cívico, en el paseo marítimo) se estrena “El día después”, el corto en el que soy actor, compositor y director musical (na… porque el puesto de director ya estaba cogido… jajaja)

¡Os dejo el trailer!

El día después

jueves, 3 de febrero de 2011

El Principito

«-Lo que embellece al desierto –dijo el principito – es que esconde un pozo en cualquier parte»

006 El principito

Es mi libro favorito. Dejando de lado las grandes historias de las novelas que he leído, si tengo que elegir, elijo un libro para niños: “El Principito”

¿Por qué? Pues es bien simple: igual que los desiertos, este libro esconde decenas de pozos repletos donde profundizar y beber. Es la belleza de lo escondido a los ojos.

He perdido la cuenta del número de veces que lo he leído. Sé exactamente en qué capítulos están las frases que me hacen reflexionar.

Incluso tengo un ritual: Compro la edición de bolsillo y subrayo cada frase que me hace bien, luego lo dejo en la estantería esperando a que aparezca la persona adecuada. Cuando lleva en su sitio un par de semanas suele aparecer en mi vida alguien que no ha leído el libro y tarde o temprano acaba confesándose. -¿Que no lo has leído? –Le digo asombrado a su futuro dueño –Déjame que te lo regale. Entonces ha terminado mi búsqueda, fecho el libro por si alguna vez el dueño quiere recordar el día en que dejó de preguntarse por la edad para interesarse por las colecciónes de mariposas y dejo que el principito obre maravillas en su nuevo amigo.

007 El principito

Antes de la cena de nochevieja de este 2010 me encontré con un ejemplar del libro troquelado y no pude evitar comprarlo, aún teniendo la edición de bolsillo ya en mi estantería. Recuerdo que aquella cena comenté que me había comprado el libro y entonces apareció, como siempre, una futura dueña de mi ejemplar de estantería. Al tiempo subrayé con esmero la frase del capítulo XXIV «Es necesario proteger a las lámparas; un golpe de viento puede apagarlas…» y el capítulo XXIII completo, porque no era capaz de elegir, y ese día dejé volar el libro “aprovechando una migración de pájaros silvestres”.

008 El principito

«¡Y ninguna persona grande comprenderá jamás que tenga tanta importancia!»

lunes, 31 de enero de 2011

domingo, 30 de enero de 2011

La puerta de tu casa estuvo abierta

«Sólo sé cantar. Lo demás es supervivencia»

La música es mi mejor excusa para cualquier cosa, en este caso para volver a Puerto Rico aunque fuera una hora y media.

El caso es que mi plan tuvo consecuencias inesperadas y no sólo estuve en Puerto Rico, sino que tuve la gran suerte de viajar desde Málaga a Vitoria, pasando por Cádiz, Alicante, Madrid… (Hubo alguna cuidad más) Es una sensación indescriptible la de cantar “de casa para afuera”. Es como si cantara a voz en grito desde las ventanas, y la verdad es que me encontré muchas ventanas abiertas.

Sólo quería darte las gracias a ti, por dejarme entrar en tu casa con mis canciones, que estuviste horas conectado/a a una carta de ajuste como las de la tele de antes sólo para reservar “buenos asientos”, que te sabes mis letras como si fueran tuyas (tal vez porque lo son), a ti, que te me has acercado en estos últimos días diciéndome “yo vi tu concierto” o “¡allí estaba yo!”… Sólo quería darte las gracias por gastar la noche del jueves en ser “eco” y hacerme sentir que a veces, cuando canto, todo tiene sentido.

GRACIAS


Watch live streaming video from curroayllon at livestream.com

martes, 18 de enero de 2011

Mi afán por compartir cuentos

He estado a punto de perderme, de olvidar una parte de mí, que ahora ni reconozco, pero que es, que soy yo.

Como León Felipe, «…me han dormido con todos los cuentos y sé todos los cuentos», y en mi afán por compartirlos, recopilé y a veces inventé algunos cuentos, convirtiéndolos en escrito. Así comenzó mi andadura por el mundo “blogger” que llamamos ahora.

Tengo la impresión de haber escrito desde siempre, pero mi primera publicación fue en mayo de 2005 (aunque reconozco que seis años escribiendo ya son unos cuantos…)

Hace un par de días entré a echar un vistazo al pasado, a lo que antes estaba muy de moda, el “espacio” que te proporcionaba tu cuenta de correo, y descubrí que si quería conservar todas las historias que había ido coleccionando tenía que migrar mis enseres a un nuevo blog (muy buena táctica de “márquetin”) así que tenido que aceptar las condiciones impuestas, pero ha merecido la pena rescatarlo todo.

Así empezaba “Cuentos Compartidos”, mi primer blog:

– He abierto mi cementerio de ideas
y he rescatado una canción para tí.
Una de esas que ya había olvidado,
que había perdido el sentir.

Han renacido un par de "frases poeta",
las he cubierto con acordes al son
y melodías que tejí en el pasado,
y ahora te canto un "sí".
te voy cantando un "sí mayor" —

Sólo siento que renazca con cara lavada y renovada para quedarse inmóvil al borde del camino, pero me alegra saber que cuando quiera leer lo que me hizo vibrar, lo que fui, voy a tener otro lugar más dónde acudir.

CUENTOS COMPARTIDOS

lunes, 17 de enero de 2011

Síndrome de saturación

 

004 Sindrome de saturacion

He ido desarrollando, no sé si consciente o inconscientemente, una autodefensa psicológica de negación a la “World Wide Web” debido a la sobreestimulación, o dicho de otro modo menos pedante, en estos dos meses he vivido prácticamente en las redes sociales y los blog ya que la baja no me ha permitido hacer vida “pública” de otra manera, así que me he saturado y he abandonado el ordenador.

Tengo cosas que contar, por supuesto, sus majestades los reyes de oriente, de los que despotricaba el día cinco de enero, se comportaron estupendamente y me regalaron calzoncillos y calcetines [se oye un leve silbido, como de hacerse el sueco]. El problema es que no me apetece sentarme a escribir, que ya cubrí el cupo de “vida on-line”

Volviendo al síndrome… me suele pasar a menudo.

Por ejemplo hace unos meses en Italia desarrollé insensibilidad ante la belleza, fueron unos días tan intensos y llenos de cultura y arte que cuando llegué a Florencia, última parada de nuestra ruta, lejos del famoso síndrome homónimo también llamado de Stendhal, lo que sufría era totalmente lo contrario porque todo me parecía feo. Afortunadamente las fotografías demuestran que me equivocaba.

Me sucede también con cosas tangibles, por ejemplo la comida. Aborrezco la tortilla de patatas, que antes adoraba, pero desde que se convirtió en comida sustitutiva a “lentejas y pescado” todos y cada uno de los jueves laborables… No la puedo ni oler… Pero bueno, ya he divagado suficiente por hoy. Yo sólo quería decir que no es que haya perdido el don de palabra escrita, sólo que perdí las ganas de escribir…

¡Ya se irá pasando!

miércoles, 5 de enero de 2011

El dilema corazón/cabeza

¿cual es la frecuencia -te argumento-
de tu sonrisa al cabo del día?
Para darte a entender: física y poesía
pueden ir de la mano sin problemas
o por lo menos, hacer el intento.

Ikea, los chaise longues y la cabalgata de mi barrio son perjudiciales para la salud cervical

Llevo más de un mes “vegetando” en casa, saliendo apenas (o a-penas, depende del caso) y haciendo traslados corporales de la cama al sofá y viceversa. Pero yo sabía que este día tenía que llegar, pues “los reyes” están asomando ya (y hay que comprar leche y galletas pa’ los camellos…)

Total, que hoy, después de la maravillosa y nada dolorosa sesión de rehabilitación he llegado a casa y mi madre prácticamente me esperaba con el monedero en la mano y mi padre con las llaves del coche. Sin darme tiempo a pensarlo me he visto camino del polígono en busca de las naves de venta de muebles, buscando un “3+2” pero sin tenerlo claro, porque los “chaise longue” marcan tendencia… [yuju] (quien haya amueblado su casa comprenderá mi encrucijada) No exagero si digo que no ha faltado tienda en Málaga que no hayamos visitado, porque nada, absolutely nothing, convencía a mi madre para renovar la casa.

En un momento del almuerzo se me ocurrió sugerir un nombre sueco: Ikea. No me acordaba yo que odio esa tienda, que entro con la impresión de estar siendo conducido al matadero por las flechas del suelo, y que me parece tan laberíntico que cada vez que cambio de sección me siento Teseo y tengo la seguridad de que me voy a encontrar con el Minotauro (o más bien me siento Minotauro a merced del gran Dédalo sueco). Como era de esperar, esos estilos tan simples no han convencido tampoco y después de dar mil y una vueltas hemos logrado salir vivos de aquel horrible lugar lleno de personas mirando hacia arriba o hacia abajo, pero ninguna al frente.

Como último recurso, cuando ya me daba por vencido y barajaba otras posibilidades para regalar, hemos visitado una tienda de muebles relativamente cerca del barrio y allí, por fin, ¡lo ha encontrado!. Ya tengo regalo para mis padres, sólo que los reyes traerán un “vale por un sofá” porque tardan treinta días en traerlo.

Camino de la última tienda notaba yo un tráfico demasiado denso para ser tan temprano, y además era inusualmente raro por aquella zona. Entonces lo supimos: la cabalgata del sector Cruz del Humilladero, vamos, lo que viene siendo mi barrio.Después de un tiempo larguísimo esperando para pasar, los amables policías nos han desviado de la ruta. En este momento de la historia ya no pude más. – Papá, me bajo, me voy andando a la casa, tardaré menos. – y así ha sido, me he bajado del coche y he atravesado la muchedumbre hambrienta, que parece que no han comido caramelos en su vida, para poder encauzar mi regreso. Cuando ya llevaba diez minutos entre niño y padre, gritos y pitos, tambores y villancicos rocieros, he parado en seco mi caminar y he respirado profundamente para no volverme “republicano” y gritar ciertas verdades sobre los reyes delante de los críos.

Lo importante es que llegué a mi “celda-refugio” habitual que algunos llaman casa, cansadísimo del tute (qué gran juego de cartas) que me he pegao', con un “leve” dolor de cuello y prometiéndome no pisar Ikea hasta que no sea de vital importancia. Peeeeeeeeeeeeeeeeeeero… ¡con la satisfacción de haber encontrado el regalo!

(bufff, ¡cómo me enrollo!)

lunes, 3 de enero de 2011

Imborrables

Hay huellas que ni las lluvias se atreven a borrar, ni el viento y las arenas esconder, ni el tiempo marchitar.

Son huellas que adornan las paredes del alma, sentimientos sacramentarios que imprimen carácter: la Fe, la Amistad, el Amor…

003 Imborrables

Fotografía: Magdalena Requena (es la pared de su casa)

Trescientos sesenta y cuatro días (y la decisión de las uvas)

No me gusta llamar a esto “propósito de año nuevo” porque de todos es sabido que esas empresas fracasan a veces incluso antes de empezar a rodar.

Pero hacer mudanza y empezar a dejar escritos en otros rincones no era el único cambio. Esa tarde del día 31 decidí que, ya que me ha ido como me ha ido en este año, iba a hacer un experimento e iba a decir “no” a las uvas que muchos llaman “de la suerte” (me río yo). Así que allí estaba yo, sentado en el salón de casa de mi tía esperando la imagen estática más popular del año en la televisión, el reloj de la Puerta del Sol, con las manos vacías y viendo cómo mi familia pelaba sus uvas y se cercioraba que fueran doce y no tuvieran ninguna pepita más grande de lo habitual (es la comida del año que más se manosea, cuando lo miras objetivamente te das cuenta de las barbaridades que se pueden hacer para no morir en el intento de entrar en el nuevo año) y mi hermana y mi padre preparaban el racimo de gominolas  [no me puedo creer que el corrector no dé por válida la palabra gominola… pero eso no viene al caso]. Y llegó el momento, las presentadoras explicaron el funcionamiento del reloj como si fuese la primera vez en la historia que se dan las doce campanadas y bajó el carrillón, y en mi mente esta idea: “Cada día, desde hoy, me diré: todo empieza hoy”. Acabadas las doce pizcas de tortura y con la boca aún copada de fruta “a lo hamster” llegaron los besos y felizañonuevos y los brindis con cava (alguien dijo: el cava es la única bebida que sólo se usa para brindar, si no fuera por eso nadie la tomaría)

Y por fin… A celebrar eso de “…vida nueva” con los amigos.

002 Trescientos sesenta y cuatro días (y la decisión de las uvas)

Columna de sonido, mesa de mezclas, mesa de dj, portátil y micro “en mano” (en mano sí… jajaja) nos fuimos a churriana a montar, nunca mejor dicho, la fiesta de la noche. Cotillones, Wii, Black Stories, ganchitos, patatas, coca colas y “rones” hicieron el resto y sin darnos cuenta eran las seis y media de la mañana. (ya veis que no nos hace falta gran cosa, lo importante es estar) Comenzamos a recoger y condujimos de vuelta, con sus odisea correspondiente, ya que había un control de la guardia civil que “más que control era exámen” según Dani, con sus nueve o diez coches convirtiendo con su efecto embudo la autovía de tres carriles en uno y parando a todos para hacer “el agosto” (empiezan pronto). Al final nos amaneció en la carretera.

Y con la luz es imposible dormir y me costó la misma vida conciliar el sueño. Y esta es la historia de cómo se desvaneció el primer día del año. Esto… ¿yo qué quería contaros? ¡Ah! que lo disfruté mucho en nochevieja (Todo se resume en eso, pero es que a mi me gusta echarle literatura)

A veces creo que el día 1 de Enero no existe (son los padres)